¡Papá Noel sí existe!



Mi hijo mayor, de 9 años, me llama a un lado y discretamente como para que no escuchen su hermano menor y su mamá,  me dice: "Papá, ya sé que Papá Noel no existe".  "¿Por qué dices eso?" pregunto… "Bueeeno, porque así dicen los niños más grandes.  Ellos hablan que los papás compran los regalos y... Bueno, yo creo desde hace tiempo que eso puede ser verdad.  ¡Ya soy grande!" me responde.  "Hijo, tú eres un niño grande, inteligente y bueno. Pero dime ¿qué es en lo que más te gustaría creer? Dímelo sin miedo", le dije. "¡Yo quiero creer en Papá Noel!" respondió.  "Entonces hijo, cree en él , Papá Noel existe para los que quieran creer en él, igual que en todo lo tú quieras creer en la vida, así será". 

Éstas situaciones aparentemente simples en realidad son muy complicadas para nosotros los padres, tanto así que luego de mi respuesta me retiré sudando y pensando en todo lo que le había dicho a mi hijo.  Recordé mi experiencia en el tema con mi padre, él no se hacía problemas, a mí y a mi hermana nos dijo de frente "Papá Noel no existe, soy yo quien compra los regalos!"  Así, sin anestesia, pero nos hacía pasar unos momentos muy divertidos.  Teníamos un juego familiar que consistía en que al llegar la hora de la verdad mi hermanita y yo teníamos que ir a nuestras camas y hacernos los dormidos mientras escuchábamos los "jo,jo,jo" tradicionales, junto a ruidos como de que alguien se tropieza y se queja del golpe que se metió.  Nos reíamos a carcajadas y mi mamá entraba al cuarto diciendo "¡Ya llegó Papá Noel!", entonces salíamos corriendo a ver nuestros regalos y allí empezaba la magia...  Siempre habían un par de regalos que -al parecer- nadie sabía cómo habían llegado allí y mientras mis padres hacían que discutían sobre la extraña  aparición  de éstos regalos, mi hermanita me susurraba de forma cómplice… "Fue Papá Noel."

A veces la vida es muy difícil para algunos pequeños que no tienen las mismas oportunidades que los nuestros.  Por eso creo que todos los niños deberían tener un "Papá Noel".  Considero que nuestros hijos no deben ser llenados de cosas que no necesitan, cuando ésto sucede, pierden el deseo o la ilusión por algo.  Si todo lo que piden por capricho se les da, dejan de tener esa emoción que te hace cosquillas en la barriga esperando lo que tanto deseabas.  También creo que debemos cultivar la solidaridad en los nuestros, que aprendan que así como ellos reciben, deben aprender a dar, y con ello me refiero a prescindir de algo propio y hacer feliz a alguien más.... dar a otro la ilusión de creer.

Ernesto Polack.

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