Vivir en Pachacámac no es más que una comunión con la naturaleza y la conciencia ecológica.


Siempre quise vivir lejos del estrés de Lima.  Sin embargo la decisión de venir a vivir a Pachacámac fue gracias a mi hijo Vicente, quien ingresó a un colegio aquí y desde el primer momento que mi esposa y yo vimos el paisaje, nos encantó la idea de vivir rodeados por éstos cerros así como la tranquilidad y naturaleza que nos ofrecía éste lugar.

En algunas oportunidades había oído y visitado Pachacámac, pero nunca lo conocí realmente, hasta que descubrí gracias a las continuas visitas al colegio de mi hijo que éste sitio algo escondido fuera de Lima era el lugar donde queríamos vivir.  Es así que sin pensarlo mucho, mi esposa y yo nos volcamos en la titánica tarea de vender todo lo que habíamos construído en la ciudad para poder reconstruir una vida totalmente diferente al lado de nuestros hijos y compartiendo de la mano con la naturaleza.

Ésta decisión no fue menor, creo que fue la más importante que hemos tomado como familia. Involucró muchos cambios para todos, mucho desprendimiento y un aprendizaje distinto hacia la vida, lo material y los sueños... ese sueño loco que tenía que fue hacer "El Pan de Ernesto".

Desde ese momento Pachacámac empezó a ser parte de mi historia y empecé a quererla!  La vida aquí es muy tranquila, muy simple, muy sana.  Por las mañanas puedo despertar con el canto de un gallo, la leche fresca puede ser de la vaca de una de nuestras vecinas y la fruta a consumir la de nuestro jardín.  Las personas aquí hacen las cosas por sí solas, crían sus animales o cosechan sus frutos en casa y se autoabastecen.  La mayoría se conoce y se ayuda, se presta, se regala, se invita.  Son muchas las buenas experiencias aquí que tengo para contar y compartir con ustedes.

Pachacámac es un pulmón, no sólo por la cantidad de áreas verdes que proporcionan aire limpio y puro lejos del smoke de la ciudad, sino además porque he descubierto en nuestros nuevos vecinos un real compromiso por cuidar y preservar el ambiente ecológico que ofrece éste distrito, compromiso que ahora también compartimos con Andrea, Carlos, Luchi, Angélica, Ruth, Desiree, Enrique, Sara, Poppe, Lorenzo, Ernesto...

Vivir aquí me encanta, es mi reencuentro personal con la paz y la vida, mi cable a tierra y de unión familiar.

Ernesto Polack

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