En ésta época en donde no sabemos lo que comemos, en donde la leche no es leche, la fruta no es fruta, y lo que nos venden no indica a ciencia cierta qué contiene, surge de manera casi heroica el auténtico sabor del pan hecho con masa madre sin variar en nada la receta desde los tiempos egipcios.
Éste pan mantiene el mismo sabor y textura que pudieron haber probado en la época de Moisés o sus antecesores y su elaboración es tan simple que sólo necesita harina y agua.
Pero lo maravilloso no queda ahí, la masa madre nos puede sobrevivir, es un legado que le podemos dejar a nuestros hijos, nietos, bisnietos y a toda nuestras demás generaciones venideras. ¡Eso sí que es maravilloso!
Hay tantas maneras de hacer pan como colegas panaderos y siempre es bueno compartir e intercambiar experiencias.
Si buscamos en internet hay bastante información con respecto a cómo elaborar pan y la sensación en todos es la misma... ya sea del misticismo que envuelve al pan desde antaño o de la complejidad de los fenómenos físicos y químicos que se suscitan en su elaboración.
Aquí les dejo un link de una página en donde dan recetas de diferentes maneras de hacer panes de masa madre. ¡Que lo disfruten!
Ernesto Polack.
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