Comencé a hacer pan como jugando y se convirtió en mi pasión.


Hacer pan para mí fue todo un descubrimiento.  Un día me llamó la atención una receta y la quise probar en casa.  Ese primer experimento fue todo un suceso y me emocioné con los resultados.  Además, mi esposa había quedado encantada.  Es así que, sin ninguna intención más que disfrutar del nuevo hobby, llevé cursos de panadería.  A partir de ahí comenzó el proceso creativo y descubrí que ser artesano era mi vocación.

Para mí, hacer pan va más allá de un negocio.  Todo el proceso me apasiona, desde la creación, la selección de insumos, la preparación, el horneado, hasta intercambiar historias y vivencias con los clientes.  Descubrí, que al momento de trabajar el pan hago algo maravilloso y genero una respuesta positiva en las personas que prueban mis productos.

El hecho que las recetas tanto de panes como de sánguches sean propias no es casualidad.  En ellos están las vivencias y amores que evocan en mí el recuerdo de los momentos que compartía con Adolfo, mi padre y con toda mi familia alrededor de la mesa en nuestra antigua casa en Miraflores.

Como todo artesano, al elaborar cada uno de mis productos trabajo sin prisa, con mucho cuidado y dedicación, para poder conseguir ese sabor, textura y olor único.  Considero además que es importante que mis clientes puedan conocer de primera mano mi proceso creativo.

No tengo nada que esconder y sí mucho que contar.

Comentarios

  1. Te felicito Ernesto. Es importante creer en tus sueños. Tú eres una gran persona: generosa, humana, acogedora. Y todo ese cariño se transmite en tu pan. Por eso los que vienen a probarlo, parten con una sonrisa, con la alegría de haber compartido un momento especial.... y regresan !

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